Diversos aspectos financieros y
económicos son centro de atención cuando se comenta respecto de factores que
pudieran explicar los buenos o malos rendimientos de los establecimientos. Es
común identificar importantes sesgos en dichas posiciones, los que muchas veces
desconocen las conclusiones de las investigaciones realizadas.
a. “Los establecimientos particulares reciben mayor financiamiento por
alumno que los municipales”: Los
establecimientos que reciben subvención (municipales y particulares), si bien
acceden al mismo monto por alumno que asiste a clases –valor de la subvención-
enfrentan sus gastos en condiciones diferentes. La más clara de ellas surge del
pago de la infraestructura educacional, la que no está incluida en la
subvención mensual. En el caso de los establecimientos municipales, ésta es
financiada por programas específicos del Ministerio de Educación (FNDR) de los que
los colegios particulares subvencionados se encuentran excluidos.
Adicionalmente, las escuelas municipales acceden a recursos otorgados por las
respectivas municipalidades para financiar los gastos que no son cubiertos por
los ingresos provenientes de la subvención. Sólo por concepto de aportes
municipales, los establecimientos municipales acceden a $120.000 millones
adicionales a la subvención[1].
Adicionalmente, los establecimientos de esta dependencia acceden a aportes
importantes desde el gobierno central (como la reciente asignación de US$ 100
millones[2]).
Es común
escuchar argumentos relativos a que esos recursos serían comparables a los
recaudados por el sector particular subvencionado por la vía del financiamiento
compartido. Cabe destacar que no es apropiado comparar estas cifras debido
a que –a diferencia de los recursos
públicos asignados exclusivamente a un sector-, los recursos del financiamiento
compartido reflejan la opción de los padres a aportar en forma adicional a la
subvención, en forma voluntaria –cuentan con la opción de colegios gratuitos- y
que el sector municipal también tiene esta opción de cobro en el nivel de
enseñanza media.
Pero si se
quiere comparar de montos generales a que acceden las distintas dependencias
parece necesario mencionar que los cobros que realizan los establecimientos con
financiamiento compartido no representa el ingreso adicional que recibe el
colegio por alumno. En efecto, el sistema considera la reducción de los
ingresos por subvención mediante descuentos realizados de acuerdo al monto de
financiamiento compartido que cobra el establecimiento; así como la
implementación de un programa de becas que debe ser financiado con una
proporción de los recursos recaudados[3].
Es importante también considerar que no todos los estudiantes que asisten a los
establecimientos en que se cobra este tipo de financiamiento cancelan
efectivamente estos recursos. Además de la proporción obligatoria de alumnos
vulnerables (15% en cada establecimiento que recibe subvención), todo alumno
vulnerable que se matricula está automáticamente excluido del cobro; y de
aquellos que realizan los pagos, es común encontrar altas tasas de cuotas
impagas. Lo anterior se traduce en una disminución evidente en los ingresos a
los que podrían tener acceso los establecimientos de financiamiento compartido.
b. “Todos los establecimientos particulares subvencionados cobran”: Es importante aclarar que si bien el sistema de financiamiento
compartido se ha extendido, siguiendo el interés de los padres por acceder a
proyectos educativos que pudieran tener mayor costo; más de 40% de los
establecimientos particulares subvencionados -lo que representa al 30% de la
matrícula de este sector- no realizan cobro a los padres y se financian
exclusivamente con la subvención escolar.
Distribución cobro
financiamiento compartido (particulares subvencionados)
monto a
pagar por alumno al mes
|
número colegios
|
matrícula
|
% matrícula
|
menos 5.000
|
343
|
196.176
|
18%
|
5.000 y
10.000
|
489
|
320.498
|
30%
|
10.000 y
15.000
|
345
|
195.579
|
18%
|
15.000 y
20.000
|
216
|
134.985
|
13%
|
20.000 y
25.000
|
147
|
81.324
|
8%
|
25.000 y
30.000
|
86
|
45.778
|
4%
|
30.000 y
35.000
|
72
|
36.738
|
3%
|
35.000 y
40.000
|
42
|
25.558
|
2%
|
40.000 y
45.000
|
43
|
29.904
|
3%
|
45.000 y más
|
23
|
10.928
|
1%
|
total
|
1.806
|
1.077.468
|
100%
|
Fuente: Mineduc, departamento de subvenciones (2004)
Los montos aportados por los padres difieren enormemente entre un establecimiento y otro. Alrededor de 18% de los alumnos que asisten a colegios que han integrado este esquema de financiamiento cancela menos de $5.000 mensual. La mayor parte de los establecimientos –30% de la matrícula que paga financiamiento compartido- cobran cifras entre $5.000 y $10.000 mensual por alumno. Es frecuente escuchar argumentos a favor de la entrega de recursos adicionales a los establecimientos municipales fundamentados en los aportes del financiamiento compartido y cómo con este complemento los recursos se acercarían al de los particulares pagados. Parece necesario mencionar que la ley de subvenciones limita los cobros –y los descuentos de la subvención- asociados al financiamiento compartido. El monto máximo permitido es de 4 USE al mes (equivalente a alrededor de $54.000), sin embargo los establecimientos que cobran ese límite son sólo 23 (cifras 2004), lo que representa 1% de los alumnos que asisten a establecimientos en que se solicita el aporte de los padres.
Adicionalmente, conviene destacar que
aquellos establecimientos que cuentan con sistema de financiamiento compartido,
no lo cobran a los estudiantes que son económicamente vulnerables. Esta
situación se refleja claramente en la proporción de alumnos en situación de
pobreza que asisten a establecimientos de dependencia particular, donde 1 de
cada 4 estudiantes vulnerables asisten a este sector[4].
c. “Los establecimientos municipales necesitan más recursos porque son
los que atienden a los niños más vulnerables”:
Esta creencia común desconoce que, tal como se mencionara, una alta proporción
de los establecimientos particulares no realizan cobro a los padres, y que en
ellos la proporción de alumnos vulnerables (35%) es muy similar a la que asiste
a establecimientos municipales (39%). Adicionalmente es importante destacar que
en las cifras promedio se ocultan situaciones destacables por parte de los
establecimientos particulares, como ocurre en determinadas áreas urbanas donde
la cobertura de esta dependencia sobrepasa notablemente a la municipal, en la
atención de alumnos vulnerables. En efecto, en comunas como La Pintana, La
Florida, y Puente Alto, se observa que 70% de los alumnos vulnerables asisten a
colegios particulares subvencionados.
Conviene
mencionar la importancia de la nueva subvención preferencial como mecanismo que
permitirá acercar mayores recursos a los alumnos vulnerables de nuestro país,
sin perjuicio del establecimiento donde éstos elijan asistir.
d. “La subvención (no) alcanza”: Mucho
se habla de cómo la subvención sería insuficiente. Para definir si eso es así o
no, y en cuánto debiera incrementarse, es necesario definir en forma previa
cuál es el estándar de calidad que se quiere financiar. Las diferencias se
encuentran entre aquellas asociadas a la gestión de los establecimientos
–costos más altos para entregar un servicio equivalente-, como a la que depende
de la población que éstos atienden. Identificándose el valor que se le da al
servicio educativo, debiera definirse un monto base para cubrir la atención de
todos los estudiantes; y adicionalmente, definir varios montos a pagar en forma
adicional por alumno de acuerdo a las distintas características socioeconómicas
que presentan, las que se traducen en costos diferentes para su educación[5]. Los estudios más recientes muestran que el
valor mínimo para un alumno promedio es de $100.000. Si se considerara un
alumno vulnerable este valor debería ser mucho mayor.
[1] SINIM 2007, de acuerdo a lo declarado
directamente por los municipios.
[2] Fondo de Apoyo a la Gestión
Municipal.
[3] Recursos que son complementados con
aportes del Ministerio de Educación de los dineros que se descuentan del pago
de la subvención.
[4] Fuente: Calidad de la Educación:
Claves para el Debate. Brunner et al.
[5] La subvención preferencial si bien es
un adelanto en esa dirección, no reconoce los distintos costos asociados a
estudiantes con distintos grados de pobreza.
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