29-12-2011

GESTIÓN PRIVADA DE RECURSOS PÚBLICOS EN EDUCACIÓN UNA PRÁCTICA REPUBLICANA


La crítica contra la gestión privada de recursos públicos se asocia, en el discurso público de hoy, negativamente al lucro, culpándola de resultados deficientes en educación y asociándola en ocasiones a un mecanismo carente de sustentabilidad democrática en su origen.  Ninguna de estas afirmaciones tiene sustento real.  La evidencia señala lo que sigue:

LAS FAMILIAS PREFIEREN LA EDUCACIÓN PARTICULAR SUBVENCIONADA POR LA CALIDAD QUE RECIBEN.

·         La educación particular subvencionada es hoy la educación mayoritaria en Chile, gracias a la libre elección de las familias, que han optado por la mejor calidad que encuentran en estas escuelas.
-        La matrícula particular subvencionada alcanza al 53%
-        Chile ha avanzado no sólo en cobertura, sino también en calidad. Una encuesta presencial de Giro País de abril 2011, pidió a los apoderados calificar de 1 a 7 la calidad de la educación recibida por sus hijos.  La respuesta fue la siguiente: 61% calificó de 6 a 7 a los colegios particulares subvencionados; un 41% calificó de igual forma a los municipales; mientras un 91% le asignó esta calificación a los colegios particulares.
-        Gracias al emprendimiento privado, Chile ha pasado de ser una educación de 100% de cobertura y también ha aumentado en calidad, hechos que no eran así hace algunas décadas.

·         La mayoría de los estudios sobre resultados educativos, dan cuenta que la calidad, en los últimos años ha sido mejor en nuestras escuelas
El último estudio sobre el tema, realizado por los investigadores Drago y Paredes de la Facultad de Economía de  la UC (2011) da cuenta que de los 17 estudios recopilados sobre el tema, 10 consideran que la calidad es mejor en los colegios de gestión privada; 5 consideran que los resultados no se relacionan con la dependencia, sino con otros factores; y sólo 2 señalan que la calidad es mejor en los municipales.

LAS FAMILIAS PREFIEREN LA EDUCACIÓN PARTICULAR SUBVENCIONADA PORQUE ACCEDEN A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD GRATUITA O A MUY BAJO COSTO
-          El 50% de las escuelas de sostenedores privados no cobran financiamiento compartido. (UDP 2011, Elacqua)
-          40% de los alumnos más pobres estudian en colegios particulares subvencionados. El 70% de ellos en colegios con fines de lucro (G. Elacqua)
-          El 75% de los niños con discapacidades y necesidades especiales se educa en colegios PS. (Estadísticas Mineduc)
-          65% de los hijos de profesores estudia en colegios particulares subvencionados, 20% en pagados y solo 15% municipales. (Encuesta Cide 2008)


SOMOS ACTORES PRESENTES EN LA EDUCACIÓN CHILENA DESDE LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA

·         La gestión privada de recursos públicos es una práctica republicana.  Varios hitos dan cuenta de esta tradición:
-        1854 se otorga financiamiento público a privados para incentivar la creación de nuevas escuelas.
-        1871, se extienden los subsidios a la educación rural.
-        En 1908, el Ministerio de Educación establece los requisitos para escuelas privadas que deseen obtener subvención.
-        En 1920, se dicta la Ley de Instrucción Primaria (Ley N°3.654) que asegura 4 años de enseñanza obligatoria y crea la subvención por alumno a instituciones de todo tipo, incluidas privadas con y sin fines de lucro gratuitas.
-        En 1951 (Ley N°9.864) se establece un subsidio para escuelas privadas (considerando asistencia), equivalente al 50% del gasto por alumno en colegio estatal.
-        En 1980 el Estado otorga financiamiento por alumno asistente del mismo monto, a sostenedores municipales y particulares.
-        En 2009 apruebe LGE, nueva institucionalidad, sistema Aseguramiento de la calidad. (2011)

·         Se encuentra presente desde el siglo XIX y reconoce tres momentos en que esta gestión se expande
Un primer momento en 1920, cuando se dicta Ley de Instrucción Primaria (Ley 3.654) que  asegura 4 años de enseñanza obligatoria y crea una subvención por alumno, a la que accedían a través de instituciones de todo tipo, públicas y privadas con y sin fines de lucro, gratuitas.(1) 
Un segundo momento, en la época del gobierno militar, en el que se dispone que esta subvención por alumno sea del mismo monto tanto para escuelas municipales como de sostenedores privados. 
Y un tercer momento, cuando los gobiernos de la Concertación, con el fin de aumentar los recursos destinados a la educación y, ante la dificultad de ese momento, de ampliar aún más el presupuesto destinado a educación, crean el mecanismo del financiamiento compartido.

·         Los sostenedores privados hoy son emprendedores que representan la diversidad educacional.
-        El 73% de los sostenedores privados con fines de lucro son docentes de profesión, el resto profesionales multidisciplinarios
-        Con un alto riesgo personal emprendieron sus propios proyectos educativos gracias a políticas impulsadas por el Estado,  con endeudamiento personal (créditos bancarios: una mayoría)  o recursos propios
-        78% de la inversión (colegios) en educación desde 1997 al 2005 es 100% privada, solo el 6% con aportes JEC a privados. (O. Larrañaga, D. Falk, C. Peirano, 2007)
-        La mayoría de los establecimientos son laicos y tienen diversos proyectos educativos.
-        Sólo el 50% cobra financiamiento compartido en cifras inferiores a colegios de congregaciones y fundaciones religiosas.
-        Han generado 10.000 nuevos puestos de trabajo para docentes solo en los últimos 3 años (Fuente: Mineduc). Actualmente emplean a 80.000 docentes y 33.000 no docentes.
-        En Chile existen 3.400 establecimientos particulares subvencionados con fines de lucro (2/3) del sistema particular subvencionado total. Con 1.150.000 alumnos repartidos en escuelas prebásicas, básicas, media científicos humanistas, técnicos profesionales, educación especial, con integración, en SEP, etc. Los colegios particulares subvencionados tienen al 40% de los alumnos vulnerables, principalmente en instituciones con fines de lucro.


Mitos sobre educación en materias financieras

Diversos aspectos financieros y económicos son centro de atención cuando se comenta respecto de factores que pudieran explicar los buenos o malos rendimientos de los establecimientos. Es común identificar importantes sesgos en dichas posiciones, los que muchas veces desconocen las conclusiones de las investigaciones realizadas.

a.    “Los establecimientos particulares reciben mayor financiamiento por alumno que los municipales”: Los establecimientos que reciben subvención (municipales y particulares), si bien acceden al mismo monto por alumno que asiste a clases –valor de la subvención- enfrentan sus gastos en condiciones diferentes. La más clara de ellas surge del pago de la infraestructura educacional, la que no está incluida en la subvención mensual. En el caso de los establecimientos municipales, ésta es financiada por programas específicos del Ministerio de Educación (FNDR) de los que los colegios particulares subvencionados se encuentran excluidos. Adicionalmente, las escuelas municipales acceden a recursos otorgados por las respectivas municipalidades para financiar los gastos que no son cubiertos por los ingresos provenientes de la subvención. Sólo por concepto de aportes municipales, los establecimientos municipales acceden a $120.000 millones adicionales a la subvención[1]. Adicionalmente, los establecimientos de esta dependencia acceden a aportes importantes desde el gobierno central (como la reciente asignación de US$ 100 millones[2]).
Es común escuchar argumentos relativos a que esos recursos serían comparables a los recaudados por el sector particular subvencionado por la vía del financiamiento compartido. Cabe destacar que no es apropiado comparar estas cifras debido a  que –a diferencia de los recursos públicos asignados exclusivamente a un sector-, los recursos del financiamiento compartido reflejan la opción de los padres a aportar en forma adicional a la subvención, en forma voluntaria –cuentan con la opción de colegios gratuitos- y que el sector municipal también tiene esta opción de cobro en el nivel de enseñanza media.
Pero si se quiere comparar de montos generales a que acceden las distintas dependencias parece necesario mencionar que los cobros que realizan los establecimientos con financiamiento compartido no representa el ingreso adicional que recibe el colegio por alumno. En efecto, el sistema considera la reducción de los ingresos por subvención mediante descuentos realizados de acuerdo al monto de financiamiento compartido que cobra el establecimiento; así como la implementación de un programa de becas que debe ser financiado con una proporción de los recursos recaudados[3]. Es importante también considerar que no todos los estudiantes que asisten a los establecimientos en que se cobra este tipo de financiamiento cancelan efectivamente estos recursos. Además de la proporción obligatoria de alumnos vulnerables (15% en cada establecimiento que recibe subvención), todo alumno vulnerable que se matricula está automáticamente excluido del cobro; y de aquellos que realizan los pagos, es común encontrar altas tasas de cuotas impagas. Lo anterior se traduce en una disminución evidente en los ingresos a los que podrían tener acceso los establecimientos de financiamiento compartido.

b.    “Todos los establecimientos particulares subvencionados cobran”: Es importante aclarar que si bien el sistema de financiamiento compartido se ha extendido, siguiendo el interés de los padres por acceder a proyectos educativos que pudieran tener mayor costo; más de 40% de los establecimientos particulares subvencionados -lo que representa al 30% de la matrícula de este sector- no realizan cobro a los padres y se financian exclusivamente con la subvención escolar.

Distribución cobro financiamiento compartido (particulares subvencionados)

monto a pagar por alumno al mes
número colegios
matrícula
% matrícula
menos 5.000
343
196.176
18%
5.000 y 10.000
489
320.498
30%
10.000 y 15.000
345
195.579
18%
15.000 y 20.000
216
134.985
13%
20.000 y 25.000
147
81.324
8%
25.000 y 30.000
86
45.778
4%
30.000 y 35.000
72
36.738
3%
35.000 y 40.000
42
25.558
2%
40.000 y 45.000
43
29.904
3%
45.000 y más
23
10.928
1%
total
1.806
1.077.468
100%
Fuente: Mineduc, departamento de subvenciones (2004)

Los montos aportados por los padres difieren enormemente entre un establecimiento y otro. Alrededor de 18% de los alumnos que asisten a colegios que han integrado este esquema de financiamiento cancela menos de $5.000 mensual.   La mayor parte de los establecimientos –30% de la matrícula que paga financiamiento compartido- cobran cifras entre $5.000 y $10.000 mensual por alumno. Es frecuente escuchar argumentos a favor de la entrega de recursos adicionales a los establecimientos municipales fundamentados en los aportes del financiamiento compartido y cómo con este complemento los recursos se acercarían al de los particulares pagados. Parece necesario mencionar que la ley de subvenciones limita los cobros –y los descuentos de la subvención- asociados al financiamiento compartido. El monto máximo permitido es de 4 USE al mes (equivalente a alrededor de $54.000), sin embargo los establecimientos que cobran ese límite son sólo 23 (cifras 2004), lo que representa 1% de los alumnos que asisten a establecimientos en que se solicita el aporte de los padres.
Adicionalmente, conviene destacar que aquellos establecimientos que cuentan con sistema de financiamiento compartido, no lo cobran a los estudiantes que son económicamente vulnerables. Esta situación se refleja claramente en la proporción de alumnos en situación de pobreza que asisten a establecimientos de dependencia particular, donde 1 de cada 4 estudiantes vulnerables asisten a este sector[4].


c.    “Los establecimientos municipales necesitan más recursos porque son los que atienden a los niños más vulnerables”: Esta creencia común desconoce que, tal como se mencionara, una alta proporción de los establecimientos particulares no realizan cobro a los padres, y que en ellos la proporción de alumnos vulnerables (35%) es muy similar a la que asiste a establecimientos municipales (39%). Adicionalmente es importante destacar que en las cifras promedio se ocultan situaciones destacables por parte de los establecimientos particulares, como ocurre en determinadas áreas urbanas donde la cobertura de esta dependencia sobrepasa notablemente a la municipal, en la atención de alumnos vulnerables. En efecto, en comunas como La Pintana, La Florida, y Puente Alto, se observa que 70% de los alumnos vulnerables asisten a colegios particulares subvencionados.
Conviene mencionar la importancia de la nueva subvención preferencial como mecanismo que permitirá acercar mayores recursos a los alumnos vulnerables de nuestro país, sin perjuicio del establecimiento donde éstos elijan asistir.
d.    “La subvención (no) alcanza”: Mucho se habla de cómo la subvención sería insuficiente. Para definir si eso es así o no, y en cuánto debiera incrementarse, es necesario definir en forma previa cuál es el estándar de calidad que se quiere financiar. Las diferencias se encuentran entre aquellas asociadas a la gestión de los establecimientos –costos más altos para entregar un servicio equivalente-, como a la que depende de la población que éstos atienden. Identificándose el valor que se le da al servicio educativo, debiera definirse un monto base para cubrir la atención de todos los estudiantes; y adicionalmente, definir varios montos a pagar en forma adicional por alumno de acuerdo a las distintas características socioeconómicas que presentan, las que se traducen en costos diferentes para su educación[5].  Los estudios más recientes muestran que el valor mínimo para un alumno promedio es de $100.000. Si se considerara un alumno vulnerable este valor debería ser mucho mayor.


[1] SINIM 2007, de acuerdo a lo declarado directamente por los municipios.
[2] Fondo de Apoyo a la Gestión Municipal.
[3] Recursos que son complementados con aportes del Ministerio de Educación de los dineros que se descuentan del pago de la subvención.
[4] Fuente: Calidad de la Educación: Claves para el Debate. Brunner et al.
[5] La subvención preferencial si bien es un adelanto en esa dirección, no reconoce los distintos costos asociados a estudiantes con distintos grados de pobreza.

CEP dic-2011 (Síntesis Educación)










Mitos sobre educación en materias administrativas


En este grupo se incluyen aquellos aspectos que se relacionan con la forma de gestión de los establecimientos educacionales; entre ellos:

a.    El lucro en educación no es conveniente para la calidad”: No existe base real sólida que fundamente esta opinión. Por un lado, es innegable que la existencia de lucro genera un atractivo para inversionistas que otorgan una visión innovadora y eficiente al sector, beneficiando directamente al sistema educativo. Por otro lado, es necesario mencionar que los establecimientos con fines de lucro presentan resultados muy disímiles, con algunos colegios de alto desempeño y otros de resultados bajos. Lo mismo ocurre con los establecimientos sin fines de lucro, dentro de los cuales se observa alta dispersión en relación a la calidad que alcanzan. Es evidente que la variable lucro no es determinante en el desempeño del establecimiento, y por lo tanto, no se debe restringir ni forzar una estructura específica al respecto. Debe tenerse en cuenta que el Estado ha definido un monto de subvención en función del servicio que exige a cambio. Las consecuencias para quienes no cumplen con dichas exigencias deben ser fuertes; sin embargo, si los establecimientos alcanzan y superan los estándares exigidos (de rendimiento académico, infraestructura, otros), debiera permitirse completa libertad para la decisión de uso de los recursos de la subvención.
En ocasiones se da a entender que el lucro correspondería a una ganancia indebida, ya que pudiera lograrse por medio del ahorro de costos que perjudicaría la calidad de la educación. Sin embargo ello desconoce la existencia de exigencias específicas y consecuencias relacionadas con su cumplimiento. Si una persona –natural o jurídica- utiliza un proceso efectivo de enseñanza en que entrega un servicio de la calidad que se le exige, pero cuyo costo es menor a los ingresos por subvención, siéndole posible destinar recursos a una retribución por su esfuerzo, ello no debiera restringirse. En este sentido parece conveniente aclarar las diferencias que existen entre el lucro -que surge de una asignación eficiente de los recursos  para  cumplir los estándares exigidos, y que pudiera ser destinado como retribución al sostenedor por el esfuerzo y el riesgo en que incurriera-, de aquella ganancia que surge de una mala gestión que impide el logro de aprendizajes de calidad. Esta última debe ser objeto de sanciones fuertes para evitar su ocurrencia.

b.    “Más horas es mejor para la calidad de la enseñanza”: Esa fue la justificación del programa de la jornada escolar completa (JEC), sin embargo, tal como se ha podido comprobar también en otros países, más horas no necesariamente se traducen en mejor desempeño. La efectividad de esta política dependerá de si los establecimientos educacionales han logrado cubrir previamente las demás necesidades, y de si las horas adicionales son efectivamente una necesidad. Invertir forzosamente en colegios que no requieren cambios de este tipo no tendrá efectos positivos.

Mitos sobre educación en materias sociales


En este tema se presentan elementos que se relacionan con diversos aspectos del quehacer educativo, pero que son generalmente cuestionados por sus efectos en la integración social de nuestro país.

a.    “Los colegios están altamente segmentados”: Es común escuchar opiniones referidas a lo grave que es el problema de la segmentación de los estudiantes en Chile. Ello ha generado que se hayan propuesto y aplicado diversos programas cuyo objeto central ha sido reducirla (entre ellas se encuentran algunas más restrictivas que otras: cuotas de 15% de alumnos vulnerables, completa gratuidad de alumnos vulnerables, subvención preferencial). Llama la atención, sin embargo, la falta de antecedentes confiables que permitan dimensionar este problema para hacer un diagnóstico efectivo, e identificar sus causas; lo que ha hecho difícil la definición de soluciones efectivas.
Para hacer un diagnóstico, conviene aclarar qué se entiende por segmentación y cuáles serían sus efectos negativos. Quienes denuncian que los establecimientos se encuentran “altamente segmentados” lo harían en base a la definición relativa a la existencia de características homogéneas de los alumnos dentro de un establecimiento o un tipo de establecimientos. En general, denuncian que los colegios no tendrían una composición de alumnos de amplia diversidad (económica, social, etc), sino que se agruparían en distintos ghettos de acuerdo a ciertas características.

Pero incluso considerando dicha definición se observa que el diagnóstico no es correcto. Al analizar la distribución de alumnos provenientes de distintos deciles de índices socioeconómicos se observa la presencia de todas las categorías en todos los tipos de establecimientos educacionales. En efecto, tanto en los colegio clasificados como decil 1 (aquellos de mayor pobreza) como en aquellos del decil 10 (menor pobreza), se observa alumnos de distintos niveles.


Fuente: Gonzalez, Mizala, Romaguera 2002

Si bien se observa que algunos grupos estarían mayormente representados en algunos tipos de establecimientos, cabría analizar las causas de ello, ya que no necesariamente se debe al sistema educativo. Tal como se mencionara, la falta de evaluaciones y diagnósticos adecuados impide identificar todas las causas, sin embargo hay algunas que parecen evidentes: a) política habitacional actual, ya que familias de ingresos y características similares, tienden a vivir relativamente cerca unas de otras, y los colegios de la zona atraen a los niños que viven en las proximidades; por ello es posible encontrar que las características de esos niños son también similares, tal como lo son las de sus familias y vecinos. b) proyecto educativo, ya que padres que valoran determinadas cualidades del colegio es probable que presenten características relativamente comunes[1] entre ellos.
Pero incluso si se comprobara que existe segmentación, cabría preguntarse la necesidad de intervenir, y los instrumentos más adecuados para cambiar dicha situación. Entre las principales críticas que se hacen a la “alta segmentación social” se menciona el que ello perjudicaría la convivencia democrática del país, lo que influiría en el desempeño escolar. Esta conclusión que se presentaría como la causa para forzar todo tipo de integración social, tampoco ha sido comprobada empíricamente, por lo que parece imprudente intervenir en una u otra dirección sin conocerse los efectos que ello pudiera tener.
Es probable que la crítica en relación a la segmentación se confunda con la inquietud  respecto de la discriminación, por lo que parece conveniente aclarar sus diferencias. Esta última corresponde a la exclusión arbitraria en contra de quienes teniendo las características previamente definidas como requisito, no sean aceptados  por el establecimiento. Se trataría de un acto ilegal –sancionado por distintos cuerpos legales-. La segmentación, en cambio, surge de un proceso (preferencias de los padres, proyectos educativos, ubicación geográfica) que lleva a alumnos con características similares a optar por establecimientos con características específicas. El que familias con determinadas preferencias se sientan interesadas por establecimientos que ofrecen servicios adecuados a esas preferencias, y que por tanto, su matrícula sea de características relativamente homogéneas,  no significa que los establecimientos han discriminado contra estudiantes de características diferentes. Como antecedente anecdótico se mencionan las conclusiones de la encuesta CEP[2] referido a la selección de estudiantes, la que concluye que 93% de los padres declaran que sus “hijos fueron aceptados en el colegio o escuela que más le gustaba”. Complementariamente la encuesta concluye que 70% de los “padres prefieren que su hijo(a) vaya a una escuela o colegio donde los alumnos tengan un nivel socioeconómico parejo y parecido al suyo”.
Una de las principales motivaciones para analizar el tema de la segmentación se centraría en la búsqueda de igualdad de oportunidades para todos los estudiantes. Sin embargo, conviene destacar que en relación a la entrega de herramientas para ello, las escuelas de buen rendimiento son aquellas que logran esta función y efectivamente otorgan educación de excelencia a sus estudiantes. Existen numerosos casos de establecimientos que trabajan con niños y jóvenes en situación de pobreza y que logran excelente rendimiento académico. Estas escuelas pueden tener una población homogénea porque atienden a las familias que viven cerca del colegio, sin embargo no debieran ser juzgadas por esta composición ya que cumplen a cabalidad el objetivo para el cual fueron creadas: enseñar a quienes necesitan aprender.

b.    “Los alumnos vulnerables son atendidos por establecimientos municipales”: Opiniones equívocas han transmitido la idea de que los colegios particulares subvencionados entregarían servicios a alumnos de ingresos medios y altos, no siendo una opción válida para los estudiantes vulnerables. La realidad dista mucho de esta apreciación. Uno de cada 4 estudiantes vulnerables asiste a establecimientos particulares subvencionados[3]. Sin embargo, conviene precisar que la cifra anterior no necesariamente refleja la preferencia de las familias vulnerables hacia uno u otro tipo de establecimiento. Existen sectores de nuestro país en que la baja densidad poblacional dificulta la existencia de distintas alternativas de elección para los padres, y la opción municipal es la única presente.

c.    “Los establecimientos municipales sí son pluralistas, integradores y promueven la cohesión social”: Esta afirmación es frecuentemente mencionada por parte de quienes buscan descalificar a aquellos establecimientos de dependencia particular, destacando el que éstos cuenten con mecanismos de selección mientras que los establecimientos municipales tendrían obligación de recibir a todos los estudiantes. Esta opinión, sin embargo, desconoce el que los colegios municipales en que existe demanda por sus servicios mayor a la capacidad del colegio, al igual que en los particulares, sí utilizan mecanismos de selección. Similarmente, cuando existe capacidad ociosa, tanto los colegios municipales como los particulares subvencionados tienen interés en aceptar a los estudiantes que postulan a ellos. El hecho que unos y otros soliciten antecedentes a los padres al momento de postular, no necesariamente significa que la aceptación o rechazo de los alumnos se haga en base a dichos antecedentes.
Conviene también mencionar que los establecimientos municipales no presentan una matrícula especialmente distinta a la de los particulares. En efecto, la composición de la matrícula municipal es muy similar a la presente en colegios particulares que no cobran financiamiento compartido –ambos poseen alrededor de 36% de su matrícula cubierta por alumnos vulnerables.

d.    “El financiamiento compartido es malo porque genera segmentación”: El esquema de aporte a educación por parte de los padres ha significado importantes ventajas al sistema educativo. Por un lado ha significado una mayor inversión privada en el sector –alrededor de $210.000 millones anuales[4]-, proveniente de padres y apoderados que tienen interés en participar en el financiamiento de la educación de sus hijos de manera de acceder a nuevos proyectos educativos que pueden significar mayores costos que la subvención escolar.
Actualmente el sistema de financiamiento compartido tiene una amplia cobertura, la que refleja el interés de los apoderados por aportar recursos para la educación de sus hijos. En general, los establecimientos con financiamiento compartido acogen a casi el 70% de la matrícula particular subvencionada y más del 20% de la municipal.



Se ha extendido la idea de que sería el financiamiento compartido el causante de la segmentación presente en las escuelas de nuestro país –ya que reuniría a estudiantes de familias de ingresos similares quienes pueden acceder a determinado nivel de cobro de financiamiento compartido, y no permitiría la diversidad de estudiantes de otras realidades económicas-, y que esto debiera corregirse. Tal como se mencionara anteriormente (sección III.a), este composición no necesariamente es negativa –no existe evidencia de sus efectos-, ni causada por el sistema escolar. Además, si bien es posible observar que existen sectores donde se presenta alta homogeneidad entre los estudiantes de un mismo establecimiento –lo que no refleja la realidad promedio-, no existe evidencia que muestre que esta segregación se haya acentuado por la implementación del esquema de financiamiento compartido. Por otro lado, de valorarse realmente la igualdad de oportunidades para todos los niños independientemente de su realidad socioeconómica, el esquema de financiamiento compartido debiera ser ampliamente reconocido por su aporte a este objetivo. En efecto, la existencia de este mecanismo ha hecho posible la oferta de nuevas opciones. De no existir el financiamiento compartido, las familias tendrían que elegir únicamente entre educación gratuita o aquella 100% pagada con recursos privados. El sistema permite las opciones intermedias, de acuerdo a las preferencias y posibilidades económicas de los padres, lo que “acerca” a los sistemas y a las familias que optan por cada uno de ellos. Por último, es necesario abordar una visión más amplia del problema de la segregación, que es la segregación residencial, o la distribución espacial de esta segregación. Esto no es atribuible al sistema escolar, sino más bien a políticas de vivienda que promueven barrios homogéneos y separados espacialmente (ver evidencia empírica sobre segregación residencial en ciudades urbanas). Esto se complementa con el hecho comprobado que las familias adoptan un radio de distancia (promedio 2,5 KM.) Para elegir colegio, principalmente motivado por el alto costo del transporte, y la eficiencia del transporte público. En Chile es más caro el transporte escolar, que los colegios que tienen financiamiento compartido.


[1] Concepto que en la literatura se conoce como autoselección.
[2] Julio 2006.
[3] La mayor parte de ellos –casi 70% de la matrícula vulnerable básica de este sector- lo hace en establecimientos con fines de lucro. (Fuente: Elacqua, 2008)

Mitos sobre educación en materias asociadas al rendimiento escolar


En esta sección se presentan elementos relativos al rendimiento obtenido por los alumnos de distintos tipos de establecimientos, y que no siempre tienen bases:

a.    “Los niños pobres tienen bajo rendimiento porque son pobres”: Lamentablemente este comentario no es inusual, y es especialmente preocupante cuando se escucha en profesionales de la educación. Todos los niños pueden aprender –y existen numerosos casos concretos[1] que demuestran esta verdad-, tienen el mismo potencial de hacerlo sin importar la situación económica de su grupo familiar. La diferencia entre los estudiantes vulnerables económicamente y aquellos no presentan esta condición se encuentra en las técnicas de aprendizaje que serán efectivas en uno y otros. En efecto, los niños vulnerables pudieran requerir mayor apoyo en ciertas áreas, de forma de compensar las posibles carencias a que se vean enfrentados (padres de baja escolaridad, falta de materiales de apoyo en el hogar, entre otros). La excusa común que busca justificar el bajo rendimiento en las condiciones socioeconómicas de las familias se traduce en bajas expectativas respecto del logro; expectativas que al estar presente en los educadores de estos niños y jóvenes, son transmitidas a los mismos alumnos, afectando tanto en su autoestima como su interés y esfuerzo en aprender.  

b.    “Los colegios particulares subvencionados logran mejor rendimiento porque seleccionan a sus alumnos”: Si bien existen numerosos establecimientos que cuentan con mecanismos de selección –actualmente regulados por ley-, ellos no son la causa de su mejor desempeño. Estudios que comparan el desempeño escolar entre las distintas dependencias también incluyen entre las variables relevantes, la existencia o no de selección. Las conclusiones respecto al desempeño no cambian cuando el factor “selección” es incluido.
Adicionalmente es necesario explicar que la presencia de selección y buen desempeño puede llevar a conclusiones erradas. La relación entre ambas variables puede tener 2 direcciones (¿correlación o causalidad?). Por un lado, tal como se cree frecuentemente pero ha sido descartado por algunos estudios- la presencia de mecanismos de selección de alumnos pudiera ser la causa del mejor desempeño. Pero por otro lado, puede suceder que el buen desempeño de un establecimiento escolar atrae a mayor cantidad de alumnos, por lo que se requiere implementar mecanismos de selección debido a que la demanda sobrepasa la capacidad del establecimiento. Finalmente, parece conveniente destacar que los establecimientos municipales también cuentan con mecanismos de selección para aquellos casos en que su demanda es mayor a la capacidad del establecimiento.

c.    “Las diferencias de rendimiento entre los establecimientos de dependencia municipal y particular desaparecen al corregir por el nivel socioeconómico de los alumnos”: Diversos estudios muestran la relación positiva que existe entre la situación socioeconómica de las familias y el rendimiento escolar, es decir, a mayor nivel socioeconómico se observa un mayor desempeño. Esto ha llevado a pensar que las ventajas de rendimiento presentes en los establecimientos particulares en relación a los municipales se deberían a la diferencia de la población que atienden. Para comprobar la veracidad o error de esta apreciación se han venido realizando estudios desde hace muchos años. La disponibilidad de mayor información a partir de 2001 –es posible acceder a resultados socioeconómicos por alumno que rinde la prueba y no como promedio del establecimiento o de la comuna como ocurría anteriormente- ha permitido un mejor análisis. Las conclusiones de los estudios realizados a partir de 2001 difieren bastante, y ello se debe principalmente a que consideran variables explicativas distintas. Se dice que unos establecimientos difieren de los otros por las características económicas de sus alumnos, la imposibilidad de unos de seleccionar, el efecto de los pares, entre otras. Afortunadamente existen instrumentos estadísticos que permiten aislar esas diferencias y comparar los resultados. No existe coincidencia entre los investigadores respecto de la diferencia en el desempeño entre unos y otros establecimientos, pero es posible destacar mediciones confiables que confirman que luego de corregir por las variables que diferencian a ambas dependencias, el rendimiento de los colegios particulares subvencionados es significativamente mayor al de los municipales[2].

d.    “Los establecimientos municipales enseñan mejor a los alumnos vulnerables”: Los establecimientos municipales muestran desempeño promedio significativamente menor a los particulares subvencionados, sin embargo, al observar los resultados brutos por nivel socioeconómico se observa que el puntaje SIMCE de dependencia municipal supera al particular subvencionado en sectores de bajo nivel socioeconómico.  Estas cifras han llevado a conclusiones confusas como la del enunciado, sin embargo, no son reales. En efecto, las cifras brutas que se comentan no permiten hacer comparaciones efectivas. Las condiciones de los establecimientos en el nivel bajo son considerablemente distintas entre dependencias, especialmente en lo que respecta al nivel de gasto por alumno debido al aporte público adicional a la subvención que ocurre en ese sector (proveniente del FNDR, aportes municipales, PIE y otros). Se ha estimado que de contar ambas dependencias con el mismo gasto por alumno para la atención de los estudiantes en situación de pobreza, el desempeño de los establecimientos particulares sería significativamente mayor[3].

e.    “Los padres no eligen establecimientos de acuerdo a los resultados académicos, por tanto la competencia no ayuda a mejorar el desempeño de los colegios”: Las familias toman decisiones respecto a los establecimiento de acuerdo a diversas variables, entre las que destacan: rendimiento escolar y cercanía al hogar. Las ventajas de la competencia de los establecimientos educacionales por atraer mayor matrícula, dependen no solamente de la existencia de oferta heterogénea –no siempre presente en todas las localidades- sino que de información suficientemente completa, entendible y oportuna respecto de las características de los distintos establecimientos educativos. Lamentablemente esta variable no se encuentra siempre presente. Si bien el SIMCE tiene por objeto informar con una medida homogénea a todos los colegios del país, tanto su extensión, periodicidad y difusión de información no son adecuados. La falta de conocimiento de los resultados SIMCE por parte de los padres a veces es interpretado como que ellos no tuvieran especial interés en la variable rendimiento. Dicha apreciación desconoce los problemas de dicha medición y además no reconoce el uso por parte de los padres, de otras variables relacionadas al desempeño escolar. En efecto, encuestas que consultan respecto a los “aspectos más importantes a la hora de elegir colegio para los hijos”, concluyen que 11% menciona los resultados SIMCE del establecimiento, pero que 61% menciona la calidad de la instrucción académica, 51% destaca la formación académica y hábitos, y 45% la disciplina[4]. Parece sensato considerar estas últimas variables como factores que pueden ser vistos como “insumos” para un mejor proceso de enseñanza.
Por otro lado, el que la competencia de los colegios por atraer a mayor cantidad de alumnos no se haya traducido en mejor rendimiento del sistema en general, tiene numerosas causas y por lo tanto no puede ser descartado como mecanismo exitoso. El sistema actual adolece de una serie de falencias que impiden que el esquema implementado alcance los frutos que se esperan. Entre los principales problemas que enfrenta el esquema, destacan: falta de competencia en algunos sectores (donde se encuentran presentes sólo establecimientos municipales); acceso a recursos por vías distintas a la subvención, lo que reduce la presión a hacerlo bien para mantener y aumentar el interés de las familias; subsidios cruzados entre los establecimientos municipales; falta de autonomía en el uso de los recursos de la subvención; falta de estándares de aprendizaje; falta de información a las familias para permitir una decisión informada.


[1] A modo de ejemplo se mencionan los casos del colegio Francisco Ramírez, en San Ramón; Nocedal, en La Pintana; y San Joaquín, en Renca. Todos ellos obtienen promedios SIMCE superior a 300 puntos y atienden a niños de nivel socioeconómico bajo y medio bajo.
[2] Mizala, Romaguera (2001); Sapelli, Vial (2002, 2007); Gallego (2006)
[3] Sapelli, C.; Vial, B. Instituto de Economía, Universidad Católica de Chile.
[4] Las cifras no deben sumar 100% porque la pregunta de la encuesta solicita mencionar las 3 principales variables.

01-12-2011

Minuta legal de procedimientos de admisión


Mediante el presente comunicado, la CONACEP quiere recordarles cuál es la normativa vigente en materia de procedimientos de admisión de alumnos y la selección de estos, legislación que consideramos muy importante tener presente en estos tiempos, en que se están llevando a cabo procesos de admisión y por tratarse de un marco legal relativamente nuevo.

La normativa aplicable en los procesos de admisión está tratada en el Párrafo 2ª de la Ley General de Educación intitulado “Derechos y Deberes”, específicamente en los artículos del 11 al 14. En estas normas se establecen las reglas en relación al ingreso y permanencia de los alumnos. Estas las podemos sintetizar en lo siguiente:

Los procesos de admisión de alumnos deberán ser objetivos y transparentes, asegurando el respeto a la dignidad de los alumnos, alumnas y sus familias.

Al momento de la convocatoria, el sostenedor del establecimiento deberá informar:
a) Número de vacantes ofrecidas en cada nivel; 
b) Criterios generales de admisión; 
c) Plazo de postulación y fecha de publicación de los resultados; 
d) Requisitos de los postulantes, antecedentes y documentación a presentar; 
e) Tipos de pruebas a las que serán sometidos los postulantes;
f) Monto y condiciones de cobro por participar en el proceso, y 
g) Proyecto educativo del establecimiento. 

Junto a lo anterior, en los procesos de admisión, entre el primer nivel de transición y sexto año de la educación general básica, en ningún caso se podrán considerar en cada uno de estos cursos el rendimiento escolar pasado o potencial del postulante ni podrá ser requisito la presentación de antecedentes socioeconómicos de la familia del postulante.

También hay que tener presente, en relación a la permanencia de los alumnos, que el embarazo y la maternidad en ningún caso constituirán impedimento para ingresar y permanecer en los establecimientos de educación de cualquier nivel o tipo. Así como tampoco, el estado civil de los padres y apoderados, será motivo de obstáculo para la continuidad del alumno o alumna dentro del establecimiento. 

Durante la vigencia del respectivo año escolar o académico, no se podrá cancelar la matrícula, ni suspender o expulsar alumnos por causales que se deriven del no pago de obligaciones contraídas por los padres o del rendimiento de los alumnos y este último, en alumnos entre el primer nivel de transición de la educación parvularia y hasta sexto año de educación general básica, no será obstáculo para la renovación de su matrícula. Los alumnos tendrán derecho a repetir curso en un mismo establecimiento a lo menos en una oportunidad en la educación básica y en una oportunidad en la educación media. 

Es de relevancia mencionar que, si bien, no se puede realizar ninguna acción contra los alumnos impagos, el colegio dispone de la normativa común para perseguir las deudas existentes.

También aprovechamos la instancia para recordarles que, el 30 de octubre vence el plazo para informar la proyección de reajustabilidad del financiamiento compartido correspondiente al trienio. Esta circular también deber ser presentada a la DEPROV respectiva. Dentro de esta se debe señalar: la reajustabilidad del trienio, que existe un sistema de exención de cobros, cuál es la alternativa de un alumno para optar a un establecimiento gratuito del sector y cuál es el valor de la cuota del Centro de Padres, señalando que esta es voluntaria y optativa.

Es importante tener presente estas normas al momento de plantear los procesos de admisión, ya que es fundamental que los sostenedores en todas sus actividades y acciones cumplan con la legislación establecida.




JOHANA CHAURA LEICHTLE
Abogada